viernes, 21 de septiembre de 2007

LAS OLÍMPIADAS POPULARES, VALE LA PENA RECORDARLAS


Barcelona era una de las ciudades candidatas para organizar los Juegos Olímpicos de 1936. Tras el éxito de la Exposición Universal de 1929, muchos consideraban que era la ciudad ideal para organizar unos Juegos. Sin embargo los acontecimiento políticos malograron la ocasión, y en 1931 fue Berlín la ciudad designada para organizar la cita olímpica. Por esa época Alemania aun era un país democrático.

Sin embargo en 1933 llegaron los nazis al poder y establecieron el Tercer Reich.Toda la preparación de los Juegos de Berlín estuvo destinada a hacer de ellos una apología del nazismo y de sus valores raciales y militares. Esto iba totalmente en contra del espíritu que dio origen a los Juegos Olímpicos, tanto en la antiguedad clásica como en la era moderna. Se produjeron protestas a nivel mundial, sobre todo por parte de organizaciones judías y de izquierdas, pero finalmente el Comité Olímpico Internacional (COI) no hizo nada para evitar la celebración de los Juegos en Berlín.Frente a los Juegos del nazismo, Barcelona decidió organizar su propia alternativa: la Olimpiada Popular, cuyo objetivo era recuperar el verdadero espíritu olímpico bajo el signo de la paz y la solidaridad entre las naciones, todo lo que se estaba negando en la organización de los Juegos de Berlín con la complicidad del COI.

La Olimpiada Popular de Barcelona tenía una clara voluntad antifascista, una especie de contraolimpiada que hiciera bandera del deporte aficionado y de denuncia de los Juegos Olímpicos en la Alemania nazi, y por lo tanto el apoyo o rechazo a la misma tenía una implicación política. Las federaciones y los propios deportistas, tanto españoles como extranjeros, se vieron sometidos a diferentes presiones políticas para acudir o no la cita.Los sectores conservadores y derechistas, tanto en el ambito político como deportivo, buscaron devaluar el acontecimiento a base de ridiculizarlo, diciendo que eran unos Juegos "de andar por casa".Sin embargo la labor desplegada por el COOP (Comité Organizador de la Olimpiada Popular) para conseguir la máxima participación posible permitió la presencia de 23 delegaciones, entre los que destacaban Estados Unidos, Francia, Suiza e Inglaterra. También hubo representaciones de los atletas judíos emigrados, de Alsacia, Euskadi, Galicia y Cataluña. El total de atletas inscritos fue de 6.000 siendo la delegación extranjera más numerosa la de Francia con 1.500 atletas.

En muchas ocasiones los eventos deportivos se utilizan para librar auténticas batallas entre países, y se ve el deporte como una manera de demostrar la superioridad del propio país o de la propia raza, etc.La Olimpiada Popular rompía con este esquema y abría diferentes formas de participación en lo que respecta a la adscripción territorial. Se establecieron tres categorías: nacional, regional y local. De esta manera, las delegaciones nacionales podían mandar en cada deporte tres representaciones y se entendía que así la olimpiada no sería sólo una competición entre estados, sino que dejaba la puerta abierta a que equipos no estatales participasen en las pruebas, como por ejemplo Alsacia y Lorena, o el Marruecos bajo dominio francés y el Marruecos español. En este sentido, el COOP introducía sobre todo en los deportes de equipo, un sistema de delegaciones que rompía el monopolio estatal. Finalmente, a través de las representaciones locales, recuperaba la idea ciudadana del olimpismo griego, en que los participantes lo eran representando a ciudades.También se puso especial enfasis en la participación de las mujeres, que por esta epoca aun tenían dificultades para acceder al deporte en igualdad de condiciones.

En total había competiciones en 16 deportes, como fútbol, tenis, baloncesto, boxeo, atletismo, lucha, pelota vasca, e incluso ajedrez. Los gastos corrían por cuenta de los gobiernos español y francés, así como de la Generalitat Catalana. Francia tenía un gobierno de izquierdas presidido por Leon Blum, y se volcaron para apoyar la Olimpiada Popular.La Olimpiada Popular comenzaría el 19 de julio, y duraría una semana, hasta el 26 de julio.20.000 visitantes llegaron a Barcelona con motivo de la Olimpiada Popular, desbordando las previsiones y creando problemas de alojamiento. Iba a ser una verdadera fiesta del deporte y de los valores republicanos y olímpicos.El 18 de julio, un día antes de la inauguración oficial, se hizo un ensayo general en el Estadio de Montjuic. Todo estaba listo.Desgraciadamente el 19 de julio de 1936 entró en la historia por una causa totalmente distinta a la fiesta de la Olimpiada Popular. La guerra frustró el proyecto que el movimiento del deporte popular catalán había concebido.

El nuevo orden revolucionario y las necesidades propias del conflicto bélico pusieron fin a Barcelona 1936, justo unas horas antes de iniciarse.Un atleta belga que vino a participar escribía en su diario:"Las calles están vacías bajo un sol abrasador (...) en la Plaza del Comercio chocamos con las primeras barricadas (...) cientos de metros más lejos vemos a unos sindicalistas armados (...) las barricadas aparecen cada 100 metros. Todas las calles laterales están bloqueadas (...) nos deslizamos a lo largo de las fachadas de las casas. Las balas silban a través de la plaza. Instintivamente doblamos la espalda y nos refugiamos en un portal (...) Vemos claramente cómo desde el campanario de una iglesia los francotiradores disparan por la espalda a los trabajadores que se encuentran tras las barricadas"

La Olimpiada Popular se vio condenada a la oscuridad. Sofocada por la Guerra Civil Española, se convirtió en una insignificante nota a pie de página en los periódicos. Sin embargo la organización de la Olimpiada Popular no fue en vano, pues muchos atletas populares llegados de todas partes del mundo que se vieron sorprendidos en Barcelona por el inicio de la guerra, no dudaron en alistarse en las milicias. Ellos fueron los primeros voluntarios extranjeros en los ejércitos republicanos, y el embrión de lo que luego serían la Brigadas Internacionales.El 24 de julio se leía en La Vanguardia: "Es tal el entusiasmo que la causa republicana ha despertado en estos atletas, que muchos de ellos se han alistado en las milicias populares, saliendo para Zaragoza y otros puntos"

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