viernes, 14 de septiembre de 2007

Un humorista más en la Europa del este: El presidente checo junto a los mellizos polacos encabezan el consurso: "vamos a ver quién es más facha"

El presidente checo, Vaclav Klaus, dice que los ecologistas quieren quitarnos la libertad igual que antes los comunistas. El presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, que intervendrá el 24 de septiembre en Nueva York en una conferencia sobre ecología organizada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, denunciará lo que considera "el mito del cambio climático", informa hoy la prensa local.La campaña de Klaus, que en EEUU cuenta con el apoyo mediático del instituto conservador Heartland Institute, denuncia que "la libertad, y no el clima, están amenazados".Para el mandatario checo, artífice de la transición en un país postcomunista en los años 90, el "medioambientalismo" trae resonancias del pensamiento totalitario impuesto en Checoslovaquia durante cuatro décadas."El comunismo fue sustituido por la amenaza de un medioambientalismo ambicioso. Esta ideología predica que quiere proteger la Tierra y la naturaleza, pero con ese eslogan -al igual que los marxistas- quiere sustituir la libertad y el desarrollo espontáneo de la humanidad con un cierto tipo de planificación central (ahora global) de todo el mundo", señaló en una misiva enviada en marzo al Congreso norteamericano.Así, Klaus concluye que "el calentamiento global no es una crisis" y "los pequeños cambios de clima no requieren medidas restrictivas de gran alcance".

Sarkozy, Merkel, una pareja peligrosa


JUAN PABLO II FUE CÓMPLICE DE LAS TORTURAS Y DESAPARICIONES EN LATINOAMÉRICA


PEREZ ESQUIVEL CUESTIONO A LA JERARQUIA DE LA IGLESIA DURANTE LA DICTADURA
“Hubo compromisos con la represión”
Al declarar en la última audiencia del juicio al cura Von Wernich, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel recordó que trató “de motivar a la cúpula de la Iglesia, pero nunca tuvimos respuesta”, en la búsqueda de los desaparecidos. Destacó las excepciones como los obispos Hesayne y Novak.

“Dios no mata.” Esa inscripción, escrita con su sangre por un detenido en una pared de la Superintendencia de Seguridad Federal, dejó una marca imborrable en el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. En la última audiencia del juicio contra el ex capellán de la Policía Bonaerense Christian von Wernich, tanto la Iglesia Católica Argentina como el Vaticano fueron duramente cuestionados. “Traté de motivar a la cúpula de la Iglesia para que nos ayudara en la búsqueda de los desaparecidos, pero nunca tuvimos respuesta”, afirmó. Tras relatar su cautiverio y el vuelo de la muerte del que se salvó, Pérez Esquivel sentenció: “Hubo concepciones ideológicas e intereses que han llevado a sectores de la Iglesia a comprometerse con la dictadura y con la represión”. En su declaración, describió un encuentro con el Papa Juan Pablo II en el que le presentó un informe con 84 casos de niños desaparecidos y recibió una respuesta: “Usted tiene que pensar también en los niños de los países comunistas”. Ante el tribunal también se presentó el teólogo y ex sacerdote, Rubén Dri, quien envió al entonces presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Raúl Primatesta, un documento sobre las violaciones de los Derechos Humanos que nunca fue contestado.
Los familiares de los funcionarios civiles que debían declarar ayer por su participación en la última dictadura no se quedaron a escuchar el relato de Pérez Esquivel, el presidente del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) en América latina. El había sido citado como Premio Nobel de la Paz –al que era candidato estando en cautiverio– y por su participación en el Movimiento Cristiano no violento en Latinoamérica que, en 1975, dio lugar al Movimiento Ecuménico y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
Con su testimonio, Esquivel dio cuenta de las similitudes del proceso militar en toda América latina y del “avance entre luces y sombras, con grandes contrastes” de la Iglesia. Después del 24 de marzo del ’76, abandonó el país y viajó a Riobamba, Ecuador, donde fue apresado junto a 14 obispos latinoamericanos y 4 norteamericanos por un batallón del ejército local en un hecho que fue relacionado con el “operativo Cóndor” y “la internacional del terror”. Allí también los acusaron de subversivos y el obispo de Riobamba les respondió: “El único libro subversivo que tenemos es el Evangelio”. En ese encuentro se esperaba a dos obispos argentinos, Enrique Angelelli, de La Rioja, y Vicente Zaspe, de Santa Fe. “Con Angelelli había hablado unos días antes de su asesinato. Tenía dificultades en llegar a Ecuador porque habían asesinado a dos sacerdotes de su diócesis”, detalló Pérez Esquivel de sus últimas conversaciones con el obispo. “Lo que pasaba cuando se trabajaba en las villas miserias –declaró–, cuando se atendía a los pobres y a los campesinos, cuando uno trabajaba con los sectores más necesitados, era que el sistema los veía como enemigos.”
De vuelta en Argentina, el 4 de abril de 1977, Pérez Esquivel fue detenido en el departamento de policía cuando intentaba renovar su pasaporte. Desde entonces pasó por la Superintendencia de Seguridad Federal –adonde también llevaron al director del diario Buenos Aires Herald, Robert Cox y a la familia Graiver–, la base aérea de Morón en El Palomar y la Unidad número 9 de La Plata. “Nunca fui interrogado a pesar de las torturas”, resumió. Además, hizo un claro análisis sobre la situación general: “La doctrina de la seguridad nacional, impuesta como política para todo el continente, es muy clara: señala que a la religión hay que usarla vaciada de contenido por la acción psicosocial que ejerce sobre los pueblos”.
En 1981, se realizó la primera audiencia con el Papa. Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo –que todavía no se habían terminado de formar– habían confeccionado con el caso de 84 niños secuestrados y desaparecidos en el país. “Yo se lo entregué en mano al Papa –recordó–. No fue una reunión feliz. Fue una reunión muy complicada, un recibimiento muy duro y muy frío. Le dije al Papa que le llevaba el dossier que nos había dado Chicha Mariani, fundadora de Abuelas.”
“Este informe yo se lo mandé por tres canales, pero él me dijo que nunca llegó a sus manos. El Papa guardó eso y después, de muy mal modo, me dijo: Usted tiene que pensar en los niños de los países comunistas. Yo le respondo que tenemos que pensar en todos los niños del mundo, pero éstos son niños secuestrados y desaparecidos en la Argentina por una dictadura que se dice cristiana y occidental”, relató.
En otras oportunidades la Nunciatura apostólica recibió el reclamo de intervención por parte del Vaticano. Algunos de esos encuentros con el nuncio Pío Laghi “fueron muy duras y muy críticas”. “Aquí estuvieron los tres comandantes anoche y les dije sobre la cuestión de los desaparecidos y los derechos humanos en Argentina. ¿Qué quiere que haga?, yo no puedo hacer lo que los obispos argentinos no quieren hacer”, fue la respuesta de Pío Laghi en una de esas reuniones, según relató Pérez Esquivel.
La madrugada del 5 de mayo del ’77 lo llevaron esposado hasta lo que Pérez Esquivel reconoció como el aeropuerto de San Justo. “Veo en la pista un avión –relató–, me encadenan. El avión era pequeño. Había un oficial, un suboficial, tres soldados, el piloto y el copiloto. Vuela sobre el Río de la Plata, el Paraná de las Palmas, el Paraná Guazú, el Paraná Miní, la isla Martín García, reconozco la costa del Uruguay, la barra de San Juan. El avión da vueltas y vueltas por ese lugar hasta que llega una orden para que el avión se dirija a la Base Aérea de Morón, en el Palomar. Es decir, soy un sobreviviente de esos vuelos de la muerte.”
El último testimonio perteneció a Rubén Dri, un teólogo y filósofo que se había ordenado sacerdote en Chaco y que debió exiliarse en México a partir del ’76. Desde allí, elaboró un documento sobre las violaciones de los Derechos Humanos que envió al cardenal Primatesta sin que le respondiera. “Nos extrañaba que la jerarquía eclesiástica no denunciara estos terribles hechos”, confesó. Además, criticó la existencia de las capellanías porque los militares pueden confesarse con el sacerdote que le corresponda. En el juicio se planteó el problema de la responsabilidad del capellán quien, según Dri, si luego de denunciar los hechos ante su obispo no recibe la orden de abandonar su cargo, debe renunciar por su propia cuenta. “Es una aberración aceptar trabajar en un lugar donde se violan todos los derechos cristianos.” Rechazó totalmente que puedan ser consideradas como confesiones las condiciones en las que Von Wernich actuaba en los centros clandestinos. “La confesión no es válida si el que la recibe pertenece a otra religión” y, de ser católico, “tiene que haber un consentimiento absolutamente explícito”, aclaró. Además, sostuvo que es un acto totalmente privado, por lo que no es lícito que haya otras personas presentes en ese momento.

Informe: Sebastián Abrevaya.

jueves, 13 de septiembre de 2007

El fútbol y los futbolistas en el Chile de 1973


El fútbol es enorme, se niega a ser reducido en cuatro o cinco palabras.

Durante octubre de 1973 el ex futbolista y seleccionado nacional chileno Hugo Lepe estuvo detenido en el campo de concentración del Estadio Nacional, en Santiago. Menos de un mes después de liberado, MENOS DE UN MES DESPUÉS DE LIBERADO, volvió a los túneles y tribunas de su ex centro de tortura, a ver el partido entre la Selección de Chile y el Santos de Brasil, organizado para celebrar la clasificación de la "roja" al Mundial de Alemania 1974. ¿Cómo aprehender eso con palabras?

Cuando se analiza el fútbol profesional chileno de 1973, la tentación es evidente: buscar relaciones entre el fútbol y la política. Estamos hablando de un período en la historia contemporánea de Chile donde incluso podríamos decir que la política superaba al fútbol en tanto medio de participación popular.

Imaginábamos encontrar rastros de un "fútbol militante", de un fútbol que iría en sincronía con la marcha de los grupos sociales y los desafíos políticos.

Porque efectivamente, el futbolista es un representante de su comunidad2 . Como dice el historiador argentino Julio Frydenberg, el fútbol se articula en torno a "la defensa de lo propio" 3 . Los equipos son inseparables de su localía.
En el fútbol amateur sí dimos, por supuesto, con esa realidad. Ahí encontramos equipos llamados Venceremos, 26 de julio, Managua, Manuel Rodríguez, etc. O torneos de fútbol laboral bautizados "República Socialista de Checoslovaquia".

En el fútbol profesional en cambio, los ejemplos son más esquivos. Sin embargo tenemos uno que vale por varios: Carlos Caszely. El joven centrodelantero de Colo Colo y la Selección chilena (tenía 22 años en 1973) fue una figura excepcional, en un medio como el chileno donde los futbolistas rehuyen toda palabra extra-futbolística.

Simpatizante del Partido Comunista, este hijo de ferroviario se comprometió de lleno con el gobierno de Salvador Allende, participó en trabajos voluntarios, en la planificación de políticas deportivas populares, etc. Se apasionaba al hablar del gobierno popular.

Caszely desordenó un medio dominado por el silencio del futbolista (y por dirigentes de derecha). Desde las tribunas algunos le gritaban "comunista desgraciado". Una periodista le preguntó al borde de la cancha que como era eso de ser comunista y católico a la vez. En la calle, él se bajaba de su Fiat 125 para "polemizar" con quienes le decían cosas.

Su visión del fútbol es esencialmente social. Veinte años después diría que fue gracias al fútbol que se había formado una conciencia social: "lo que me hizo ver las realidades fue el fútbol, porque me permitió viajar, conoce... comer un día como rey, y al otro día en una casa de madera con piso de tierra" 4 .

Sin embargo, más allá de las figuras individuales, el fútbol militante parecía verse superado por el "fútbol-recreo", aquel que se piensa como una isla en medio de la realidad social.
Efectivamente, los futbolistas chilenos asociados no mostraron gran interés por la idea de participación. El Sindicato de Futbolistas tuvo una vida lánguida en el período: "la última asamblea a que se convocó no pudo celebrarse por falta de quórum. El local arrendado para el funcionamiento de la entidad está a punto de ser pedido por falta de pago. Mario Moreno [el presidente] dejó planteada su renuncia, supeditando su tramitación a la reacción de los jugadores, pero dejando constancia que "así no se puede seguir"" 5 . Casi dos años después, el panorama no había variado mucho: "el Sifup va de mal en peor (...) ya nadie paga las cuotas y hay cualquier cantidad de problemas que solucionar"

Caszely admitiría a mediados de 1973, no sin frustración, la falta de sintonía de los futbolistas con los procesos sociales mayores. La frase es brutalmente sencilla: "los cambios no han sido muy notorios"7 . En una época de grandes cambios, el fútbol se contenta con pequeños cambios, que además no tienen efecto ni visibilidad. Si bien los futbolistas obtuvieron en estos años beneficios de previsión social, aguinaldos y derecho a voto en las elecciones de la ACF, el fútbol profesional seguiría bajo un régimen laboral bastante salvaje, sin libertad de trabajo, con sueldos atrasados e insuficientes, multas, no pago de reajustes, etc. (En una actividad tan desregulada como el fútbol, el empresario chileno muestra su verdadera cara).

La cara ahistórica del fútbol puede expresarse de manera curiosa. El trabajo en el cual se basa este artículo comienza así:
"A fines de mayo de 1973, Colo Colo fue recibido por Salvador Allende, luego de haber empatado con Independiente en Buenos Aires, en el primer partido final de la Copa Libertadores de América. El equipo, encabezado por el técnico Luis Alamos y el capitán Francisco "Chamaco" Valdés, fue felicitado por el Presidente a nombre del Gobierno chileno.
Cinco meses después, en octubre de 1973, la Selección chilena fue recibida por Augusto Pinochet, luego de haber empatado con Unión Soviética en Moscú, en el primer partido definitorio por un cupo en el Mundial de Alemania 1974. El equipo, encabezado por el técnico Luis Alamos y el capitán Francisco "Chamaco" Valdés, fue felicitado por el Presidente de la Junta a nombre del Gobierno chileno".
Este fragmento llama la atención, más que nada, sobre la permanencia de ciertas prácticas, a pesar de la Historia. Pareciera que para el futbolista chileno el tiempo, la Historia, no es una categoría. (Y tampoco el contexto espacial, como dice Dante Pesce en el epígrafe de este artículo).
Sin embargo, la lucha entre el fútbol-Historia y el fútbol-recreo no tiene resultado definitivo. Ya lo dijo Sun Tzu, refiriéndose a la guerra: "La victoria (...) no se repite sino que adopta cada vez aspectos sin fin. (…) La victoria de una fuerza militar está determinada por el enemigo. Esta es la razón por la que una fuerza militar no tiene una constante formación" ("El arte de la guerra").
Así, el fragmento que habla de Allende y Pinochet saludando a las mismas personas podría ser utilizada con toda seguridad como argumento de la ahistoricidad del fútbol. Los conservadores y/o simplones dirán que aquella confirma algo en lo cual vienen insistiendo hace rato: hay aspectos de la vida social que escapan o están más allá de la política contingente. El fútbol sería uno de esos aspectos, una isla, un recreo en un 1973 caliente y confrontado. Pero, contraataque del fútbol-Historia, yo les digo que en las dos grandes coyunturas deportivas de ese año, el resultado final, el objetivo de toda historia y epopeya mundial (la victoria), se decidió no en la cancha, sino en mesas políticas. Colo Colo no ganó la Copa Libertadores porque los arbitrajes estaban "cortados" con anticipación, y la Selección de Chile sí clasificó al Mundial de 1974 porque la Federación de Fútbol de la Unión Soviética se negó a jugar en un estadio "salpicado con la sangre de los patriotas chilenos".
(Para Carlos Caszely, la Historia también existió y de manera brutal. Luego del Golpe, en 1975, su madre sería detenida y torturada. El futbolista y su familia vivieron bajo amenazas prácticamente hasta 1989).
* * *
Pese a su monolítica pasividad (o justamente por eso), los futbolistas chilenos son veletas al viento de las luchas políticas. Sobre todo cuando se trata de contextos internacionales. Los equipos de fútbol exitosos siempre van a ser representantes del gobierno de turno de un país. Como en noviembre de 1972, cuando la hinchada argentina en la cancha de Vélez Sarsfield gritaba a la Selección chilena de rojo "olé olé, olé olé, los comunistas no la ven" (Argentina ganó 2-0). Menos de dos años después, se les gritaba fascistas, en el Mundial de Alemania Occidental.
El futbolista profesional chileno es un fenómeno exasperantemente complejo. Como el fútbol, se niega a ser reducido en tres o cuatro palabras, sin embargo hay que comenzar de alguna manera. Nosotros lo hemos intentado con cuatro epítetos. Multidireccionales, fuertes, como los que se escuchan en una tribuna futbolera. Proletas, limpios, cobardes y burgueses.
Limpios, porque como le decía Salvador Allende a los jugadores de Colo Colo, "no siempre se gana, interesa también que el desempeño sea de correctos deportistas" .
Cobardes, "de actitudes blandas", como los calificaba el técnico de Lota Schwager, Dante Pesce: cobardes frente al contrato, al patrón, al dinero.

Burgueses, porque, como decía Caszely, los viajes, los hoteles, las portadas en los diarios van pesando en la mentalidad del futbolista10 (Caszely se quejaba de que no hubiera más "jugadores de tendencia izquierdista").
Pero esencialmente proletarios, porque los aviones y los hoteles de cinco estrellas, son para un puñado de jugadores. Y porque el ocaso miserable del futbolista es mucho más común que la jubilación serena.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Goleador Comunista









Cristiano Lucarelli comandará hoy el ataque de Italia, que después de consagrarse campeón del mundo busca evitar el papelón de no clasificarse a la Euro 2008. Este delantero tiene una historia política muy particula

A muchos les parece un tipo simpático. Otros consideran de "excesiva" su intención de mezclar fútbol con política. Cristiano Lucarelli es un hombre por demás apasionado, a punto tal que sus pronunciamientos ideológicos le han causado problemas en su carrera deportiva.Actualmente en el Shakhtar Donetsk ucraniano, este delantero de 32 años se hizo famoso no sólo por sus goles -fue el máximo artillero de la Liga italiana en la temporada 2004/2005- sino también por su comunismo militante, condición que le valió el cariño de los hinchas del Livorno, club en el que jugó y que tiene una fuerte relación histórica con la izquierda de ese país.




Hoy volverá a ser el centro de todas las miradas pero por un hecho netamente futbolístico: el seleccionador de Italia, Roberto Donadoni, acudió a su ayuda para que comande el ataque de su equipo frente a Ucrania, partido que se disputará desde las 15:45 de nuestro país y que puede definir la suerte del último campeón del mundo de cara a la clasificación a la Eurocopa del año que viene.La historia de Lucarelli con la Selección azurra estuvo atravesada justamente por causas políticas. En un partido de la categoría Sub 21 contra el combinado de Moldavia, en 1997, marcó un gol y para celebrarlo eligió un modo muy particular: dejó ver ante las cámaras de televisión una remera con la figura del "Che" Guevara, mientras alzaba su puño al cielo. La Federcalcio repudió aquella acción y el jugador no volvió a ser convocado ni para el representativo de menores ni para el de mayores por un largo tiempo. Recién en 2005 volvió a vestir la camiseta de su país. Fue en un amistoso ante Serbia, en el que se reivindicó con un tanto.Después, fueron pocas las veces en que Lucarelli recibió el llamado del entrenador de turno. Algunos amistosos y recientemente en las Eliminatorias de la Euro 2008. Esta tarde, en Kiev, será más protagonista que nunca porque Italia peligra su clasificación y él deberá ocupar nada menos que el lugar del atacante del Bayern Munich Luca Toni."Estoy ansioso por ese partido", dijo en la previa Lucarelli, héroe del Livorno, una de las instituciones deportivas más politizadas del Calcio en la que jugó entre las temporadas 2003 y 2007. Su llegada al club de Toscana es digna de admiración: ocurrió mientras su representante, Carlo Pallavicino, le buscaba una salida del Torino, donde él jugaba.Llegaron varias ofertas, con cifras suculentas, que fueron descartadas una a una. Lucarelli quería jugar en el Livorno, club del cual es hincha desde su infancia (lleva tatuado en uno de sus brazos el escudo del equipo), y para ello renunciaría a cobrar un millón de euros anuales para aceptar números sustancialmente menores.El sueño se cumplió rápidamente. Y quedaría lugar para otro posterior: ver al equipo de sus amores en primera división tras 55 años de paseo por Segunda y categorías regionales. Ah, la mencionada negociación motivaría la edición de un libro, publicado por su representante, titulado Quédense con sus millones (ver imagen). El mismo se convirtió en un material de lectura entre jóvenes de su país.AdyacenciasCristiano Lucarelli nació el 4 de octubre de 1975 en un barrio marítimo conocido como Shanghai. Hijo de un estibador portuario militante del Partido Comunista y del sindicato, desde niño estuvo rodeado de banderas rojas, por el PCI, y granas, por el Livorno, daba cuenta una nota publicada hace tres años por el diario El País, de España.Allí mismo había surgido, en 1921, el famoso Partido. La tradición se difundió de generación en generación y eso explica por qué muchos hinchas del modesto club de la ciudad se identifican con el comunismo. Tal es así que la BAL (Brigate Autonome Livornesi), grupo de jerarquía en la estructura del Livorno, es acusada por parcialidades rivales de politizar exageradamente el fútbol.La BAL se gestó en 1999 y por eso Lucarelli lució en la espalda, durante su paso por el club, el número 99. Con ella marcó 92 tantos en 146 partidos.




En Italia quizá se viva como en ningún otro país del mundo esta tendencia de asociar banderas futboleras con políticas, llenas de consignas y simbologías. Se ve reflejado en su máxima expresión durante los encuentros entre el Livorno y la Lazio, sindicados de representar a la izquierda y a la derecha italiana, respectivamente. En las tribunas flamean banderas con la hoz y el martillo y otras con la cara de Mussolini. Cada equipo, encima, tenía hasta hace dos meses un referente dentro de la cancha bien reconocible: por un lado Lucarelli (que partió a Ucrania en julio pasado), y por el otro a Paolo Di Canio. El segundo protagonizó varios escándalos e incluso llegó a ser penalizado por realizar el saludo fascista durante la celebración de una conquista.Dicho "clásico" es posible gracias a ese ansiado e histórico ascenso del Livorno, tras el cual Lucarelli se metió en uno de los grandes líos de su carrera. En la primera temporada del equipo en el Calcio, y a la vista de los malos resultados que cosechaba, con fallos polémicos de los árbitros, se animó a denunciar que en realidad el Poder quería al Livorno en la Serie B por culpa de la ideología comunista de su hinchada. Y agregó que los descensos de Módena, Empoli, Perugia y Ancona, equipos también identificados con la izquierda, no se habían producido por casualidad. ¿El resultado? Tanto el jugador como el club recibieron una dura sanción económica.Lucarelli ama al Livorno y Livorno ama a Lucarelli. La partida del futbolista hacia otros horizontes supuso para muchos la ruptura de esa alianza que parecía inquebrantable. Fiel a sus ideas y al corazón de sus hinchas, el protagonista de esta historia le puso fin a los recelos al cumplir con su prometido: invertir la mitad de su sueldo anual de cuatro millones de euros en un diario local de la ciudad portuaria de la Toscana para la creación de nuevos empleos, informó la agencia DPA. Ese es el hombre de los más de 150 goles en el Calcio. El que también –previamente- supo defender los colores del Perugia, Cosenza, Padova, Atalanta, Valencia, Leche y Torino. Lucarelli tiene en su haber apenas el título de la Copa del Rey obtenido en 1999 con el Valencia, donde ni siquiera dejó memorias imborrables. De todos modos, hay quienes afirman que jamás un futbolista podrá cosechar tanta dignidad.

Fredy Muñoz, periodista de Telesur: “Espero que algún gobierno me brinde la posibilidad de refugio político”

Por: Pascual Serrano
www.pascualserrano.net

Fredy Muñoz Altamiranda
El 19 de noviembre de 2006, pocos días antes de las elecciones presidenciales de Venezuela, la policía colombiana detenía al periodista de Telesur y responsable de su corresponsalía en Colombia, Fredy Muñoz al que acusaban de pertenecer a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Organizaciones de periodistas, de derechos humanos, profesionales y la dirección de Telesur proclamaron que el proceso judicial estaba plagado de numerosas irregularidades [1] que hacían inverosímil pensar que Fredy Muñoz estuviera simultaneando ser jefe guerrillero con aparecer todos los días en la pantalla como corresponsal de televisión. Numerosos colectivos y manifiestos de apoyo desde todo el mundo denunciaban la detención como un intento de acallar la voz de un periodista y una televisión que habían desvelado ante la opinión pública internacional los lazos del gobierno de Colombia por el paramilitarismo.
El 9 de enero fue revocada por un nuevo fiscal su orden de detención por falta de pruebas en su contra y Fredy Muñoz salía en libertad. Sin embargo la publicación de unas fotografías en la revista Cambio en las que el periodista aparecía rodeado de guerrilleros de las FARC [2] volvieron a reactivar el caso hasta el punto que algunos medios adelantaron que se había decretado nueva orden de captura. Tras algunas breves declaraciones a los medios, Fredy Muñoz desapareció de la escena mediática. Esta entrevista, realizada por Internet, recoge los comentarios e impresiones sobre la situación que atraviesa actualmente el periodista que se atrevió a desafiar a los poderes colombianos desde un canal internacional.¿Cuál es tu situación jurídica actualmente?Yo la desconozco a ciencia cierta y también mi abogado porque no ha tenido acceso al expediente. Tenemos rumores y amigos con relaciones en la fiscalía que nos transmiten alguna información, pero es muy preocupante porque no sabemos si esos rumores están fundados. Uno de ellos es que después de las fotografías que publicó la revista Cambio, la fiscalía añadió cargos por secuestro debido a que afirman que esas fotos se realizaron en el lugar donde estaba secuestrado el hoy canciller Fernando Araujo.
Esta acusación no hemos podido confirmarla, pero sí sabemos que no hay orden de captura vigente contra mi, lo cual resulta contradictorio. Yo lo definiría como un limbo jurídico, los abogados sostienen, por otro lado, que para que haya una nueva orden de captura debe haber un nuevo proceso.¿Entonces los cargos tuyos serían?Que yo sepa, los que tenía desde el principio, rebelión y terrorismo.Te has referido a las fotografías donde apareces armado con unos guerrilleros de las FARC. ¿Son verdaderas esas imágenes [3] ?No, son un montaje.¿Has tenido o has participado en algún momento alguna actividad armada en Colombia?Nunca.¿Y militancia política?Sí, desde los doce años fui militante de la juventud comunista.¿Siempre en la legalidad?Sí, siempre en la legalidad.¿Pero has estado alguna vez en campamentos guerrilleros?Sí, pero siempre como periodista, la última vez en los diálogos del Caguán entre las FARC y el gobierno de Andrés Pastrana, éramos decenas de periodistas.¿Qué crees entonces que motiva el proceso legal que se inicia contra ti?Sin duda, es la actitud de una institucionalidad colombiana que no resiste el debate mediático, es decir, que haya periodistas y medios que sean críticos con el gobierno y algunas instituciones.¿Crees entonces que está relacionado con tu labor en Telesur?Con Telesur y con mi trabajo anterior. Yo siempre denuncié las masacres del paramilitarismo.¿En qué medios denunciabas antes todo eso?Como periodista independiente que realizó trabajos para las Naciones Unidas y para la Oficina Pastora de la Iglesia Católica y el Caribe. También en medios regionales, pero ahí lo podían soportar, en Telesur ya les resultaba más molesto.¿Las Naciones Unidas?Sí, ellos financiaron unos trabajos de investigación que hicimos en el departamento de Bolívar.Pero la fiscalía presentó desde el principio pruebas en tu contraTodo eso fue desvirtuado por la propia fiscalía.
Explícanos cómo se desarrolló eso: El proceso se inicia con una orden de captura que da un fiscal ante la información que le presenta el DAS (inteligencia colombiana), posteriormente el caso paso a la segunda fiscal especializada de la región del Atlántico y ella dicta medida de aseguramiento, es decir, prisión. Nosotros entonces apelamos esa decisión ante un fiscal superior en Bolívar. Este valora las supuestas pruebas y decide mi libertad al no encontrar en ellas fundamentos que justifiquen mi detención. Salgo libre y después se publica a foto y de nuevo se complica, pero ya antes de mi libertad recibo amenazas de un grupo paramilitar llamada Aguilas Negras.¿Y quién crees que puede estar detrás de ellos?El paramilitarismo cercano al comando regional de inteligencia que preparó las pruebas falsas. Se trata de un comando muy cuestionado que opera con gran impunidad, yo ya había denunciado varias de sus acciones criminales.¿Estás en Colombia ahora?Sí, en la clandestinidad, ayudado por organizaciones sociales y campesinas a los que siempre he servido como periodista intentando que se oyese su voz.¿Cómo ves tu futuro a corto plazo?Mi deseo es que el proceso caiga en manos de alguien que hagas justicia y que pueda devolverme a la legalidad y luego buscar un sitio para trabajar de periodista fuera de este país. Hoy no hay condiciones de seguridad para mí en Colombia, evolucione como evolucione el proceso legal. Deberían surgir cambios muy profundos en el poder para que yo pueda tener garantías de seguridad en Colombia.¿Tu habías pensado en algún momento que te podría pasar algo como esto?Sí, cuando ves morir tanta gente cercana y tantas injusticias y atropellos contra profesionales, académicos, etc… uno piensa que en algún momento le tocará pasar por esto. Pero nunca está preparado suficientemente para esta soledad, para volverse invisible. Una vida así ¿para qué?Parece que se está iniciando una nueva situación con la presencia del presidente Hugo Chávez como probable mediador en la búsqueda de un canje humanitaria y quien sabe si algo más, ¿cómo ves este panorama?En lo personal creo que Chávez tenía que tomar parte en el intento de resolver este conflicto tarde o temprano. Hugo Chávez no es sólo el presidente de Venezuela, es una esperanza latinoamericana.¿Crees que las intenciones de Uribe de aceptar a Chávez son honestas?No, lo ha hecho bajo presión. Incluso desde la derecha le han pedido que se acerque a Chávez para intentar buscar un diálogo en este conflicto.¿Pero Uribe no saldrá reforzado si se logra avanzar hacia la paz o al menos hacia un acuerdo humanitario?Es posible, pero si no sucede, ganaría más, la justificación otra vez de que sólo existe la vía de las armas.¿Y hasta dónde crees que estaría dispuesto a llegar Uribe?Yo no creo que con Uribe vaya a haber ni despeje ni acuerdo humanitario. No sólo es él, sino su compromiso con los sectores más reaccionarios del paramilitarismo y de los Estados Unidos.¿Se equivoca entonces Chávez participando en esa mediación?No, no creo. Se podría serrar la semilla de que un reemplazo a Uribe puede hacer realidad un acuerdo y entonces le toca a la sociedad colombianas tener eso muy presente.¿Contemplas o estudiar buscar refugio en algún país para salir de Colombia?Lo contemplo y lo busco. Es difícil y triste esta situación que estoy viviendo. Uno, que siempre ha luchado por decir cosas, ahora se ve condenado al silencio y a la invisibilidad. Además, es normal que la ayuda de los amigos tenga un límite. Espero que algún gobierno lo entienda y me brinde esa posibilidad.

martes, 11 de septiembre de 2007

la Radio Bolchevike, no duerme, no duerme


El aznarcito



Días antes del 34 aniversario del golpe militar de 1973 en Chile, el mexicano Manuel Espino, presidente del partido oficial y de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), abogó por sus amigos pinochetistas chilenos (Hernán Buchi, ministro de Hacienda durante la dictadura, Joaquín Lavín, Sebastián Piñera) y recomendó a la Democracia Cristiana (DC) del país austral, que forma parte de la coalición gobernante, que revise su participación en la “izquierdizada e ideologizada” administración de Michelle Bachelet y haga causa común con la Unión Democrática Independiente y Renovación Nacional, los grupos ultraderechistas de Lavín y de Piñera. En suma, llamó a la DC chilena a emprender contra Bachelet lo que vendría a ser un golpe de Estado parlamentario. LOS NOVIOS

Por conducto de la senadora Soledad Alvear, la DC le dijo a Espino que “los partidos de la derecha chilena que usted promueve a través de invitaciones a participar en instancias de nuestra organización sustentaron una de las dictaduras más atroces de América Latina, defendieron a Pinochet hasta el último minuto y avalaron las violaciones a los derechos humanos de manera sistemática”.
Han pasado 34 años desde el golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Ese día, millones de personas de todas las edades, a lo largo de todo el mundo, lloramos de rabia e impotencia. Sobre los quinceañeros chilenos se abatió una noche que les robó buena parte de la vida, cuando no la vida completa. Muchos pubertos y adolescentes de fuera del país austral conocimos el infierno por las noticias de los diarios, las conversaciones telefónicas y los noticieros, y ese conocimiento nos metió de un empujón en la edad adulta: supimos que los asesinos no viven únicamente en las páginas de las novelas, sino que pululan con sus patas reales sobre este pobre planeta y que son capaces de descuartizar a todo aquel que pugne por sociedades más justas y humanas. Manuel de Jesús Espino Barrientos estaba a punto de cumplir 14 años y quién sabe si se enteró de lo que ocurría en el sur del continente. Tal vez soñara con emular al cristerito mártir José Sánchez del Río; puede ser que se enterara de las noticias procedentes de Chile y se sintiera jubiloso por aquella victoria de los valores occidentales y cristianos sobre el comunismo, o acaso no estaba al tanto de nada y se pasó la tarde escuchando Palomitas de maíz y Eres tú en una grabadora de casete.
Como ocurre cada vez que el aznarcito duranguense provoca un incendio en las relaciones internacionales, el calderonismo se deslindó y dijo que las palabras de Espino no eran representantivas del gobierno ni del partido blanquiazules. Lo mismo pasa cuando arremete contra los presidentes de Venezuela o de España. Se ha difundido la idea de que Felipe Calderón y Manuel Espino encabezan facciones confrontadas de Acción Nacional y que, durante el proceso electoral del año pasado, el segundo mantuvo una permanente hostilidad al candidato presidencial de su partido. Tal vez sea cierto, o no. También puede ocurrir que los contrastes entre el gobernante y el dirigente sean un juego parecido al del policía bueno y el policía malo, en el que la presencia del segundo se emplea para apuntalar la confianza en el primero. Lo cierto es que tienen más puntos en común de lo que pudiera parecer a primera vista, como la pasión por un “orden” entendido como intolerancia represiva, y que en ocasiones el michoacano acepta que el duranguense le organice la agenda. Por ejemplo, en octubre pasado, en un viaje a Santiago de Chile, Calderón se reunió con los pinochetistas Lavín y Piñera. Ya mudado a Los Pinos, en julio, recibió al alcalde electo de Buenos Aires, el derechista Mauricio Macri, quien había sido invitado a México por el presidente panista, unas horas antes del encuentro con el presidente Néstor Kirchner, y a pesar de la molestia que –se supo– generó en la cancillería argentina la cercanía de ambas citas.
Tal vez Espino no sea el “fuego amigo” de Calderón, sino su aliado; es posible que cada cual desempeñe un papel definido de antemano como el rostro duro y el rostro menos duro de un proyecto autoritario y excluyente. Acaso el presidente nacional del PAN sea un hombre muy valioso por su contribución al esclarecimiento de lo que el discurso oficial enturbia y empaña. Puede ser que su función sea tan útil y apreciable como una etiqueta de advertencia en el frasco de una sustancia tóxica.

MARIANA RONDON CINEASTA: "CREO EN EL ESPECTADOR PENSANTE" , más sobre Postales de Leningrado

Mariana Rondón, cineasta venezolana, una de las pocas mujeres en nuestro país y en el mundo, que se dedica al oficio de mostrar imágenes en movimiento, está apunto de estrenar su segundo largometraje titulado Postales de Leningrado, la cual se verá en la cartelera nacional a partir del 9 de septiembre. La primera cinta de Mariana Rondón, coodirigida con la peruana Marité Ugás, se llamó A la Media Noche y Media, y se trataba de una especie de fantasía infantil, con fondo de deslave de Vargas. Ahora Rondón nos quiere contar una historia más real, pero igualmente desde el punto de vista inocente de un par de niños que intentan entender un turbulento mundo de adultos, entre armas, montañas e ideas, lo cual es el pretexto perfecto para de nuevo apelar a la fantasía.

Postales de Leningrado es una película compleja y audaz para el promedio del cine nacional. Ambientada en los años sesenta, relata la historia de unos personajes inmersos en el mundo de la guerrilla, la lucha por sus ideales y el amor, por supuesto, el que le da la vida a una de las niñas protagonista y narradora de esta historia, cuyo personaje está basado nada menos que en la propia directora de la cinta. Y es que esta película es un tanto autobiográfica, pues muestra una serie de anécdotas reales de la familia de Rondón, de sus padres, quienes fueron guerrilleros. Hay además un documental salido de la misma filmación de la película, llamado Hijos de la Guerrilla, que relata las vivencias de muchos de los participantes de esta cinta, los cuales son como Mariana, hijos de guerrilleros.

Desestructurada y anecdótica, contada desde la imaginería de los primeros años y con una serie de efectos especiales nunca antes vistos en el cine venezolano, Postales de Leningrado no es una cinta para espectadores cotuferos, los cuales ciertamente no abundan en una sala donde se exhiba una película venezolana.

La primera película de Mariana, A la media Noche y Media, de 1999, no tuvo garantía de distribución en las salas nacionales y apenas pudo verse en la cartelera venezolana, a pesar de haber contado con una buena promoción en medios y además traer un sinfín de premios internacionales debajo del brazo. Ahora, gracias a la Ley de Cinematografía, Postales de Leningrado tiene garantizado su estreno a nivel nacional y un mínimo obligatorio de dos semanas en cartelera. Lo demás depende del público, ese en el que Mariana pone sus esperanzas y expectativas, pues cree en el espectador pensante, al que le gustan las historias interesantes y no sólo los divertimentos para pasar el rato.

Mariana Rondón es una mujer afable pero bien centrada en lo que hace. Juega con sus manos siempre haciendo algún movimiento de rotación, no usa maquillaje y sonríe con picardía. En su oficina de Estrella Films Producciones, hay estrellitas brillante y de colores por todas partes. Es como una niña. Pero en realidad es una mujer que se toma muy en serio su trabajo, y es además una artista en todo el sentido de la palabra. No sólo es cineasta, también es artista plástico y escritora. Dice que si quisiera conseguir taquilla con esta cinta, la habría titulado Postales Sangrientas, pero su interés es contar una historia, una estructura, transmitir unas sensaciones, mostrar unos personajes y una atmósfera de una época y unas circunstancias muy particulares dentro de su propia historia familiar. Cree que un artista no debe limitarse en nada, que las limitaciones en todo caso se las ponen los espectadores, pero como cineasta ella comenta: "En el arte, la libertad ante todo". No le interesan las lecturas ideológicas que su película pueda despertar por tocar el tema de las guerrillas, pero pide que se respete desde dónde la está haciendo, desde su propio anecdotario familiar. Como un álbum familiar de fotos, viejo y raído, esta cinta está llena de postales no muy alegres pero esperanzadoras.

Perteneciente a la primera generación de estudiantes de la famosa Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños, en Cuba, a finales de los 80', su experiencia en esta institución fue más bien un aprendizaje de vida. Sus profesores fueron nada menos que Francis Ford Coppolla y George Lucas, entre otros cineastas mundialmente reconocidos. Pero no hay que dejarse deslumbrar por estos grandes nombres, no se trata de Harvard o Yale, es Cuba. La playa, el calor, el son, la camaradería y la informalidad estaban a la orden del día. Sus clases podían ser en horarios de madrugada, en cualquier momento en que al profesor se le antojara. La convivencia con seres de distantes latitudes además del intercambio con los propios cubanos, a pesar de la lejanía y el aislamiento de la escuela con respecto a La Habana, marcaron el devenir poético de esta cineasta. Porque la poesía es una de las cosas que más le importa en la vida. Tanto así que Mariana Rondón es una artista plástico, especializada en una forma de arte aparentemente incompatible con la definición misma de arte: la robótica. Mariana construye instalaciones basadas en piezas de ingeniería robótica, con diferentes grados de libertad, es decir con distintos alcances de movimiento. También crea burbujas de jabón en las que proyecta imágenes. Está casada con la tecnología y aún más, es capaz de encontrarle poesía y magia a la ingeniería, ciencia de la que no separa sus orígenes mágicos en la alquimia, aquella que podía transformar los objetos en otra cosa y mover las fuerzas de la naturaleza. Por eso utilizó efectos especiales que no existen en nuestro país, para su película. Investigó durante un año y se fue a Argentina donde encontró gente que experimentó e inventó con su cinta. El resultado: un niño manejando una bicicleta a través de una postal que cobra vida.

En Postales de Leningrado hay hombres ranas, señoritas mayonesas, unas ratas en Sears y unos pescaditos de semillas de naranja. ¿Tiene sentido? Ninguno, para la mente de un adulto, pero para la de un niño, así se explica el mundo cuando los padres se van al monte con un fal. Mariana Rondón dice que los 60' era una época con imaginación y audacia y eso quizo reflejarlo en su largometraje, donde incluye la interesante anécdota, un tanto modificada, de una tía ganadora de un concurso para televisión, quien a través de su programa, pasaba mensajes cifrados a la audiencia sobre los movimientos de los grupos alzados. Hay que ser imaginativo y audaz para captar los mensajes que traen estas Postales de Leningrado.
También recomiendo este comentario de Luigino Bracci: http://www.aporrea.org/actualidad/a41007.html

lunes, 10 de septiembre de 2007

A un año de gobierno aprista


Por: Movimiento Revolucionario Túpac Amaru - Dirección Estratégica


Ha pasado un año de gobierno aprista y se hace imprescindible hacer un análisis que nos permita comprender el camino que va desarrollando la nueva plataforma de poder político conformado luego de las últimas elecciones presidenciales. Todo esto inscrito sin lugar a dudas en medio de los cambios del capitalismo en el Perú y el reacomodo y avance de las fuerzas del campo popular.
Concluida la dictadura fujimontesinista, producto de la presión popular, los sectores populares esperaban cambios sustanciales en lo que, hasta ese momento, había sido uno de los más extremistas regímenes neoliberales de América latina. No obstante, el régimen de Alejandro Toledo sirvió de continuidad al modelo implantado a sangre y fuego en 1992 con el shock económico más salvaje de la historia moderna en el mundo. Así pues, se demostraba que la dictadura era en realidad el esfuerzo de la burguesía peruana (que no alcanza el carácter de burguesía nacional) por reorientar el conjunto de la sociedad, acabando con el tibio intento de confección de un estado de "bienestar" establecido en la constitución de 1979. No se trataba pues de un gobierno sino del inicio de una reconfiguración total del Estado, reduciéndolo y casi extinguiéndolo salvo en sus instancias represivas. Así se vendieron empresas públicas de carácter estratégico como Petro Perú, ENTEL Perú, etc. acabando además con derechos sociales ganados en jornadas heroicas de luchas de nuestro pueblo.
Las iniciales expectativas de cambio que el fujimorismo generó en el pueblo rápidamente fueron quedando atrás ante lo contradictorio de sus resultados. Se había desmontado en gran medida los aparatos estatales pero no había sectores productivos que recibieran a esa masa de trabajadores. El campo fue abandonado a su suerte y se desarrolló una modernización "estética" del país con grifos nuevos, centros comerciales, etc. en donde nunca se puede comprar nada ante la escasa o nula capacidad de gasto que tenemos los peruanos, no pudiendo siquiera cubrir las necesidades básicas de un ser humano.
Se había golpeado a los insurrectos, dejándose vía libre para explotar aún más a los humildes. Los ricos y sus medios de comunicación aliados al dictador presentaban a un país de bonanza donde sólo había sub empleo, sub alimentación y desgracia por todas partes. La caída de la dictadura implicó una rebelión de las capas populares fundamentalmente en contra de esta situación.
Claro está, además de una reacción de indignación ante la obscena corrupción evidenciada por el régimen a través de videos y audios. Y también era el pedido, el reclamo y la exigencia de acabar con la impunidad de la muerte, de la tortura y la necesidad de cambiar el conjunto de los mandos militares superiores de las fuerzas armadas y policiales al haber sido pieza fundamental del sistema narcoterrorista implementado.
Y sin embargo nada cambió. Una vez más se desperdició una oportunidad para iniciar un proceso real y profundo de democratización. El poder burgués empezó a reacomodar sus fuerzas empezando por un trato amable con la corrupción fujimorista y una marcada orientación por legitimar la impunidad contra los militares asesinos y corruptos que hicieron fortuna y se llenaron de sangre las manos durante los noventas.
Nada cambió pues, en el Perú y en América latina, hace mucho se ha establecido un partido único del poder. Se piensa que Fujimori, Toledo o García son "distintos" y eso es falso. Son sectores o tendencia o matices del mismo gran partido burgués. Fujimori con la Constitución del '93 y el desmembramiento del movimiento popular, Toledo con la firma del TLC como hito, en un ambiente aparentemente "democrático" y García buscando concretizar el Tratado, aplacando para ello con el repunte popular.
Toledo pasó a institucionalizar las reformas capitalistas del fujimorismo; pero los sectores populares habían ya dado un paso adelante en términos de reorganización y las luchas populares se multiplicaron, adquiriendo nuevas dinámicas y apareciendo nuevas organizaciones populares y sociales que expresaban en su caminar la esperanza y tragedia de nuestro pueblo. Un claro ejemplo de esto último es la organización que han venido asumiendo las comunidades afectadas por las mineras que, en una muestra de justicia, han desalojado a los campamentos mineros. Nuevamente el pueblo rompía el sentido común instaurado por el fujimorismo respecto a que toda forma de acción directa y uso legítimo de la violencia era "terrorismo". Esto si duda representa un avance importante en la lucha del pueblo peruano al cuestionar –con su accionar- el monopolio del ejercicio de la violencia por parte del Estado.
Así mismo el proceso de adecuación fujimorista para encajar al Perú en la orbita hegemónica de los Estados unidos como potencia única en la tierra fue desarrollada con mayor profundidad bajo el régimen de Toledo.
Es en este contexto en que se enmarca la llegada de Alan García al gobierno. Alan García es el resultado de la recomposición del poder pero al mismo tiempo expresión de sus limitaciones. El mismo hecho de que no haya ganado la candidata natural de los sectores más reaccionarios de la derecha peruana evidencia una incapacidad por trasmitir al pueblo y seguir legitimando un discurso y un modelo agotado, así como su incapacidad de generar recambios políticos encarnados en personas. Por ello tuvieron que optar por su anterior "enemigo populista", Alan García, que se enfrentaba en segunda ronda electoral a la candidatura del señor Ollanta Humala quien expresaba en su momento el ansia de transformación de vastos sectores postergados jamás beneficiados con las "bondades del capitalismo" en su versión neoliberal.
Alan García llega al gobierno hablando contra el abuso de las "services" que se han convertido en el modo "normal" de contratación de trabajadores. Lo cual implica un mecanismo que se han dotado los regímenes neoliberales para librarse del pago y cumplimiento de los derechos de los trabajadores.
Según el clima político García ha ido acercando y distanciando su discurso de la opinión pública hablando del "pacto social" y hablando en términos de una social democracia moderna europea (capitalista siempre claro), planteando algunos impuestos mínimos a las empresas mineras y planteando "evaluar" la implementación del TLC. Pero para quien conoce la historia del APRA y la historia particular de García sabe que un asesino y corrupto como el, representante de un partido que desde hace mucho dejó de ser popular, caracterizado por componendas entre su dirigencia con los sectores más reaccionarios de la sociedad a la par que mantenían una parafernalia "antiimperialista" pues no le resulta extraño la traición a los principios y a las promesas, por grandes o pequeñas que estás pudieran ser.

UN PADRE NUESTRO LATINOAMERICANO

Padre nuestro que estás en los cielos con las golondrinas y los misiles
quiero que vuelvas antes de que olvides como se llega al sur de Río Grande
Padre nuestro que estás en el exilio casi nunca te acuerdas de los míos
de todos modos donde quiera que estés santificado sea tu nombre
no quienes santifican en tu nombre cerrando un ojo para no ver la uñas sucias de la miseria
en agosto de mil novecientos sesenta ya no sirve pedirte venga a nos el tu reino
porque tu reino también está aquí abajo metido en los rencores y en el miedo en las vacilaciones y en la mugre en la desilusión y en la modorra
en esta ansia de verte pese a todo cuando hablaste del rico la aguja y el camello y te votamos todos por unanimidad para la Gloria
también alzó su mano el indio silencioso que te respetaba pero se resistía a pensar hágase tu voluntad
sin embargo una vez cada tanto tu voluntad se mezcla con la mía la dominala enciendela duplica
más arduo es conocer cuál es mi voluntad cuándo creo de veras lo que digo creera sí en tu omnipresencia como en mi soledada sí en la tierra como en el cielo
siempre estaré más seguro de la tierra que piso que del cielo intratable que me ignora
pero quién sabe no voy a decidir que tu poder se haga o deshaga tu voluntad
igual se está haciendo en el viento en el Ande de nieve en el pájaro que fecunda a su pájara
en los cancilleres que murmuran yes sir en cada mano que se convierte en puño claro
no estoy seguro si me gusta el estilo que tu voluntad elige para hacerselo digo con irreverencia y gratitud
dos emblemas que pronto serán la misma cosalo digo sobre todo pensando en el pan nuestrode cada día y de cada pedacito de día ayer nos lo quitaste
dánosle hoyo al menos el derecho de darnos nuestro pan no sólo el que era símbolo de Algosino el de miga y cáscarael pan nuestro
ya que nos quedan pocas esperanzas y deudasperdónanos si puedes nuestras deudas pero no nos perdones la esperanza
no nos perdones nunca nuestros créditos a más tardar mañana
saldremos a cobrar a los fallutostangibles y sonrientes forajidosa los que tienen garras para el arpa y un panamericano temblor con que se enjuganla última escupida que cuelga de su rostro
poco importa que nuestros acreedores perdonen así como nosotros una ve zpor error
perdonamos a nuestros deudores todavía nos deben como un siglo de insomnios y garrote
como tres mil kilómetros de injurias como veinte medallas a Somoza como una sola Guatemala muerta
no nos dejes caer en la tentaciónde olvidar o vender este pasado o arrendar una sola hectárea de su olvido ahora que es la hora de saber quiénes somos y han de cruzar el río el dólar y el amor contrarrembolso arráncanos del alma el último mendigo y líbranos de todo mal de conciencia
amén.

Mario Benedetti