sábado, 12 de enero de 2008

El canje de prisioneros entre Simón Bolívar y Pablo Morillo

Por: Partido Comunista de Colombia
www.pacocol.org


El 26 de noviembre de 1820, se firmó en Trujillo (Venezuela) el Armisticio y el Tratado de Regularización de la Guerra entre España y Colombia o Acuerdo Humanitario. Según Bolívar, este Acuerdo era "digno del alma de Sucre”, ya que introducía elementos de humanización de la guerra. Para ratificar este Tratado celebraron una cita el Libertador Simón Bolívar y el “Pacificador” Pablo Morillo en Santa Ana de Trujillo, un día después. El Mariscal Morillo, excombatiente contra la invasión de Napoleón a España, se sintió avergonzado cuando vio concurrir al Libertador Bolívar, con apenas dos acompañantes, montado sobre una humilde mula, sin arreos militares, con gorra de campaña y una levita azul. Morillo venía acompañado de un enorme regimiento de húsares y vestido con impecable uniforme de gala, atiborrado de condecoraciones. Cuando Morillo percibió tal expresión de grandeza de parte del Libertad ordenó retirar su propia guardia de honor. Ambos se abrazaron y aunque debatieron con gran energía puntos de visto opuestos sobre la naturaleza y la justificación de la guerra, una vez ratificado el tratado de humanización o regulación de la guerra entre los ejércitos republicanos y las tropas coloniales, que incluía un canje permanente de prisioneros de guerra, se inició una fiesta en la cual ambos bailaron sobre la mesa del banquete, nuevamente abrazados. En la cena, que se dio en la más grande atmósfera de cordialidad hubo varios brindis. Al final, alegres, los dos jefes por la reunión decidieron levantar un monumento conmemorativo y colocaron una piedra. Al respecto escribió Bolívar a Santander: “El General Morillo propuso que se levantase una pirámide en el lugar donde él me recibió y nos abrazamos, que fuese un monumento para recordar el primer día de la amistad de españoles y colombianos, la cual se respetase eternamente; ha destinado un oficial de ingenieros y yo debo mandar otro para que sigan la obra. Nosotros mismos la comenzamos poniendo la primera piedra que servirá en su base”. Bolívar, evocando aquella cita histórica, ordenaría en su Correo del Orinoco Nº 91 del 30 de diciembre de 1820 la siguiente nota:
“A la heroica firmeza de los combatientes de uno y otro ejército los felicito por: su constancia, sufrimiento y valor sin ejemplo. A los hombres dignos, que a través de males horrorosos sostienen y defienden su libertad. A los que han muerto gloriosamente en defensa de su patria o de su gobierno. A los heridos de ambos ejércitos, que han manifestado su intrepidez, su dignidad y su carácter… Pero con la misma intensidad declaro odio eterno a los que deseen sangre y la derramen injustamente”. El general español La Torre devolvió al Libertador las pistolas que había perdido en los duros momentos de Casacoima. Al día siguiente, muy temprano, se despidieron Simón Bolívar y Pablo Morillo para siempre. Es necesario a las actuales fuerzas contendientes en nuestro país comprender el contenido y los alcances de aquel Acuerdo Humanitario, que superó las terribles dificultades que para el diálogo habían generado años de guerra y de terror, y que estableció en su momento el canje permanente y obligatorio de prisioneros de guerra entre las partes, dentro del territorio colombiano, y el absoluto respeto a la población civil de las zonas ocupadas por los ejércitos en conflicto. Por considerar esencial su relectura, la Redacción de esta Web publica el texto completo del Tratado que ratificaron aquella noche Bolívar y Morillo: “Tratado de Regularización de la Guerra Deseando los gobiernos de España y de Colombia manifestar al mundo el horror con que ven la guerra de exterminio que ha devastado hasta ahora estos territorios, convirtiéndolos en un teatro de sangre; y deseando aprovechar el primer momento de calma que se presenta para regularizar la guerra que existe entre ambos gobiernos, conforme a las leyes de las naciones cultas, y a los principios más liberales y filantrópicos, han convenido en nombrar comisionados que estipulen y fijen un tratado de regularización de la guerra; y en efecto, han nombrado, el excelentísimo señor general en jefe del ejército expedicionario de Costa Firme, don Pablo Morillo, conde de Cartagena, de parte del gobierno español, a los señores jefe superior político de Venezuela, el brigadier don Ramón Correa, alcalde primero constitucional de Caracas, don Juan Rodríguez Toro, y don Francisco González Linares; y el excelentísimo señor presidente de la República de Colombia, Simón Bolívar, como jefe de la República; de parte de ella, a los señores general de brigada Antonio José de Sucre, coronel Pedro Briceño Méndez, y teniente coronel José Gabriel Pérez, los cuales autorizados competentemente han convenido y convienen en los siguientes artículos:
Art. 1º. La guerra entre España y Colombia se hará como la hacen los pueblos civilizados, siempre que no se opongan las prácticas de ellos a alguno de los artículos del presente tratado, que debe ser la primera y más inviolable regla de ambos gobiernos. Art. 2º. Todo militar o dependiente de un ejército tomado en el campo de batalla, aun antes de decidirse ésta, se conservará y guardará como prisionero de guerra, y será tratado y respetado conforme a su grado hasta lograr su canje. Art. 3º. Serán igualmente prisioneros de guerra y tratados de la misma manera que éstos, los que se tomen en marchas, destacamentos, partidas, plazas, guarniciones y puestos fortificados, aunque éstos sean tomados al asalto, y en la marina los que lo sean aun al abordaje. Art. 4º. Los militares o dependientes de un ejército que se aprehendan heridos o enfermos en los hospitales, o fuera de ellos, no serán prisioneros de guerra y tendrán libertad para restituirse a las banderas a que pertenezcan, luego que se hayan restablecido. Interesándose tan vivamente la humanidad a favor de estos desgraciados, que se han sacrificado a su patria y a su gobierno, deberán ser tratados con doble consideración y respeto que los prisioneros de guerra, y se les prestará por lo menos la misma asistencia, cuidado y alivio que a los heridos y enfermos del ejército que los tenga en su poder. Art. 5º. Los prisioneros de guerra se canjearán clase por clase y grado por grado, o dando por superiores el número de subalternos que es de costumbre entre las naciones cultas. Art. 6º. Se comprenderán también en el canje, y serán tratados como prisioneros de guerra, aquellos militares o paisanos que individualmente o en partidas hagan el servicio de reconocer u observar, o tomar noticias de un ejército para darlas al jefe de otro. Art. 7º. Originándose esta guerra de la diferencia de opiniones; hallándose con vínculos y relaciones muy estrechas los individuos que han combatido encarnizadamente por las dos causas; y deseando economizar la sangre cuanto sea posible, se establece que los militares o empleados que habiendo antes servido a cualquiera de los dos gobiernos han desertado de sus banderas y se aprehendan bajo las del otro, no puedan ser castigados con pena capital. Lo mismo se entenderá con respecto a los conspiradores y desafectos de una y otra parte. Art. 8º. El canje de prisioneros será obligatorio, y se hará a la más posible brevedad. Deberán, pues, conservarse siempre los prisioneros dentro del territorio de Colombia, cualquiera que sea su grado y dignidad, y por ningún motivo ni pretexto se alejarán del país llevándolos a sufrir males mayores que la misma muerte. 9º. Los jefes de los ejércitos exigirán que los prisioneros sean asistidos conforme quiera el gobierno a quien éstos correspondan, haciéndose abonar mutuamente los costos que causaren. Los mismos jefes tendrán derecho de nombrar comisarios, que trasladados a los depósitos de los prisioneros respectivos, examinen su situación, procuren mejorarla y hacer menos penosa su existencia. 10º. Los prisioneros existentes actualmente gozarán de los beneficios de este tratado. 11º. Los habitantes de los pueblos que alternativamente se ocuparen por las armas de ambos gobiernos serán altamente respetados, y gozarán de una absoluta libertad y seguridad, sean cuales fueren o hayan sido sus opiniones, destinos, servicios y conducta con respecto a las partes beligerantes. 12º. Los cadáveres de los que gloriosamente terminen su carrera en los campos de batalla, o en cualquier combate, choque o encuentro entre las armas de los dos gobiernos, recibirán los últimos honores de la sepultura, o se quemarán cuando por su número, o por la premura del tiempo, no pueda hacerse lo primero. El ejército o cuerpo vencedor será el obligado a cumplir con este sagrado deber, del cual, sólo por una circunstancia muy grave y singular podrá descargarse, avisándolo inmediatamente a las autoridades del territorio en que se hallan para que lo hagan. Los cadáveres que de una y otra parte se reclamen por el gobierno o por los particulares no podrán negarse, y se concederá la comunicación necesaria para transportarlos. 13º. Los generales de los ejércitos, los jefes de las divisiones y todas las autoridades estarán obligados a guardar fiel y estrictamente este tratado, y sujetos a las más severas penas por su infracción, constituyéndose ambos gobiernos responsables a su exacto y religioso cumplimiento, bajo la garantía de la buena fe y del honor nacional. 14º. El presente tratado será ratificado y canjeado dentro de 60 horas y empezará a cumplirse desde el momento de ratificación y canje; y en fe de que así lo convenimos y acordamos nosotros los comisionados de España y de Colombia, firmamos dos de un tenor, en la ciudad de Trujillo a las diez de la noche del 26 de noviembre de 1820. Ramón Correa. —Antonio José de Sucre. —Juan Rodríguez Toro. —Pedro Briceño Méndez. —Francisco González de Linares. —José Gabriel Pérez. «El presente tratado queda aprobado y ratificado en todas sus partes. —Cuartel general de Carache, 26 de noviembre de 1820. —Pablo Morillo. —Josef Caparros, secretario. —(Lugar del sello).
Se aprueba, confirma y ratifica el presente tratado en todas y cada una de sus partes. Dado, firmado y sellado con el sello provisional del Estado, y refrendado por el ministro de la Guerra, en el cuartel general en la ciudad de Trujillo, a 26 de noviembre de 1820.
Simón Bolívar Por mandato de S. E. —Pedro Briceño Méndez. —(Lugar del sello).”

Joven mapuche asesinado por policía en Chile fue baleado por la espalda

TeleSUR _ 11/01/08 - El joven mapuche que murió asesinado por la policía chilena fue baleado por la espalda, según el peritaje realizado por el laboratorio de criminalística de la ese cuerpo uniformado, se informó este viernes.La bala perforó el pulmón izquierdo del estudiante mapuche Matías Catrileo, salió por el abdomen y alcanzó el dedo índice de la mano izquierda, según el peritaje del laboratorio de criminalística de la policía de investigaciones.Esta nueva resolución contradice la primera realizada por el servicio médico legal que estableció que la trayectoria del disparó fue de frente.La semana pasada el estudiante mapuche Matías Catrileo, de 26 años, murió baleado en una violenta represión policial de un grupo de activistas que protestaban contra el robo de sus tierras ancestrales y los maltratos a que es sometida el mayor grupo indígena de Chile.El grupo ocupó de forma pacífica una hacienda privada en la localidad de Vilcún en la región de la Araucanía (700 km al sur de Santiago), cuando fue desalojada a tiros por la policía.

jueves, 10 de enero de 2008

Habló Cantinflas: Samuel Ruth, un inepto en el gobierno revolucionario

Por: José Gregorio Bermúdez


Esta mañana en mí programa preferido, En Confianza, se presentó CANTINFLAS, perdón el señor Samuel Ruth, presidente de nada más y nada menos de un organismo llamado Instituto para la Defensa y Educación del Consumidor y del Usuario, INDECU. El cual puedes ubicar, a través de www.indecu.gov.ve.

Son muy pocos los venezolanos, los que conocen realmente cual es la función del INDECU, pues los que presiden a este organismo son incapaces de realizar constantemente una campaña de difusión, y publicitaria orientando a la población de que existe un Centro de Información y Documentación- INDECU: 0800-INDECU-1 (0800-463328-1), a través del cual los usuarios deben realizar denuncias y obtener información de leyes en materia de defensa del consumidor, entre estas podemos nombrar LA LEY DE PROTECCION AL CONSUMIDOR Y AL USUARIO.
El ciudadano SAMUEL RUTH, tiene toda una vida en el INDECU, empezó muy bien, pero actualmente no representa a un funcionario capaz de impulsar la innovación, eficiencia y eficacia en su gestión, muy pobre por cierto en los años 2006 y 2007. El señor Samuel Ruth, ya no representa los interese del pueblo, el INDECU es inoperante. Ya no defiende al consumidor ni al usuario, defiende al empresario y al buhonero cuando es incapaz de ejercer la autoridad de la cual está investido por el Gobierno Nacional.

El Señor SAMUEL RUTH, dijo cosas como estas: No hay desabastecimiento de leche. Es verdad, no hay desabastecimiento de leche, la escasez de este rubro es producto de la globalización. Sin embargo los buhoneros venden descaradamente la poca que hay en existencia a VEINTICINCO BOLÍVARES (Bs. 25,00), un Kilo de Leche, cuando este producto está regulado.
El señor inepto, dice que tienen detectados a grandes productores y empresarios vendiéndoles la producción a los buhoneros. Los cuales utilizan esta práctica con la finalidad de evadir el IVA y obtener mejores ganancias. Los buhoneros tienen en existencia los productos de la cesta básica, pero los venden a precios superiores a los fijados por el Estado Venezolano. El organismo encargado de vigilar el cumplimiento del control de precios es el INDECU. Pero el INDECU, solamente supervisa esporádicamente y a muy pocos establecimientos de la economía formal. Los buhoneros actúan impunemente a la vista del Gobierno Nacional, Estadal y Municipal.
Expresaba el periodista ERNESTO VILLEGAS, en el programa En Confianza de hoy 10/01/2008, ver www.vtv.gob.ve, que seria bueno decomisarles a los buhoneros los productos de la cesta básica que venden ilegalmente y que además se les diera una charla referente a las leyes que estos están violando. Eso seria espectacular. Conozco a personas que han acudido a una charla en el Instituto de Tránsito Terrestre, por violar las normas establecidas en la Ley de Tránsito Terrestre. Seria excelente que aquel empresario, buhonero, funcionario público o consumidores que vendan cualquier producto de consumo por niveles de costo muy por encima de lo legalmente aceptable, o violen cualquiera de las leyes que regulan los precios de productos para consumo o leyes que protegen a usuarios y consumidores de estos productos, además de aplicarle la multa respectiva llevarlos a un centro especialmente habilitado, en donde se les impartan charlas, que contribuyan a crearles conciencia de ciudadanos.
¡Fueran los funcionarios ineptos del gobierno revolucionario y socialista que preside nuestro comandante y líder HUGO Chávez FRIAS!.
Patria, socialismo o muerte.
VENCERMOS

martes, 8 de enero de 2008

Tanto en masculino como en femenino el voleibol venezolano va a Beijing






Este lunes el deporte venezolano escribió una página gloriosa, las dos selecciones nacionales de voleibol, en femenino y en masculino, lograron, por primera vez en la historia el pase a unos Juegos Olímpicos. Los muchachos venezolanos estarán presentes en Beijing luego de derrotar a Argentina por 3 sets a 1, en partido disputado en la ciudad de Formosa, la selección masculina culminó invicta en su travesía por el Preolímpico y celebraron a lo grande el triunfo histórico de nuestra patria, ante una selección argentina que había impedido en cuatro oportunidades anteriores la posibilidad de que nuestro voleibol fuese olímpico.


Las chamas del voleibol venezolano, también tocaron la gloria, derrotaron a una selección peruana mucho más experimentada por 3 sets a 2, las chicas criollas dieron la gran sorpresa al derrotar a las grandes favoritas. La selección venezolana con un promedio de edad de 18 años y con jugadoras incluso de apenas 15 años derrotó a un rival cuyas integrantes las superaban en edad y en trayectoria, que juegan en reconocidas ligas europeas y que cuentan con la tradición del voleibol femenino peruano, sin embargo, nada de eso bastó para detener a las chicas de la selección femenina, quienes son ya, olímpicas y glorias del deporte venezolano.


¡A festejar venezolanos y venezolanas!

Pd. Este logro deportivo sólo ha sido posible gracias a las políticas del gobierno revolucionario y bolivariano, es la realidad inocultable, al fin los atletas venezolanos cuentan con el respaldo y el amor del Estado, el de nosotros, el pueblo, siempre lo han tenido.

domingo, 6 de enero de 2008

Hora de rectificaciones

Por: Jerónimo Carrera

Cuatro semanas completas han transcurrido luego del referéndum de este pasado día 2 de diciembre, relativo a una propuesta de reforma constitucional que de modo intempestivo, a mi juicio, lanzó al debate el presidente Hugo Chávez, y cuyo confuso resultado ha dado lugar para otro debate de características todavía mucho más amplias y profundas.

Para empezar, ese resultado está siendo discutido con ardor incluso por quienes no le vieron importancia al debate inicial, como también por muchos de los siete millones de electores registrados que ese día no se molestaron en ir a votar, o sea la gran mayoría del electorado.

De todos modos, opino yo, los dos bandos minoritarios deberían ya enfrentar esta singular verdad: no hubo ganadores ciertamente, pues ambos sufrieron un fuerte rechazo de parte de una evidente mayoría de los posibles votantes. Lo cual significa, por lógica elemental, que ahora el país espera de esos dos sectores un proceso de autocrítica, y no de manera formal sino para corregir sus respectivas metidas de pata.

Seguramente esto ha de ser mucho pedir en cuanto a determinados sectores de la llamada oposición, aquellos que hace medio siglo le torcieron el rumbo a la insurrección popular del 23 de enero de 1958 y disfrazados de demócratas continuaron la misma política de sumisión total ante el imperialismo yanqui, iniciada ya desde comienzos del siglo pasado -al despuntar mismo de la era petrolera- con un alocado Cipriano Castro, el primer guachimán.

Pero tengo el optimismo de creer que sí hay aquí un sector opositor muy valioso, integrado por gente en su mayoría joven, no contaminada por ese bochornoso pasado adeco-copeyano. Su cara más visible últimamente son los estudiantes, que por tradición en países como el nuestro asumen actitudes antigubernamentales abiertamente, y junto a ellos, o tras de ellos mejor dicho, y con rasgos oportunistas, una buena parte de nuestro mundo intelectual, incluyendo elementos de izquierda.

Es un simplismo pensar que los venezolanos estamos hoy irremediablemente divididos en dos únicos campos. Algunos intencionadamente, y por motivos hasta contrapuestos, han pretendido que tal división sea entre los chavistas y los antichavistas, igual como se hizo en Argentina con los peronistas y los antiperonistas. Tal cosa se hizo en Venezuela, lo recuerdo de mi niñez, cuando bajo el tirano guachimán Juan Vicente Gómez se nos quiso dividir entre “los buenos y los malos hijos de la patria”....

Lo que realmente necesitamos es una amplia unidad nacional, con el objetivo básico de poder enfrentarnos exitosamente al verdadero enemigo que tenemos todos los venezolanos, ese que está en Washington.

No estamos planteando una política de “reconciliación”, ni nada que se le pueda parecer. De lo que se trata es de reducir al mínimo posible esa quinta columna que actúa acá al servicio de Washington, y luego sí la podremos hacer emigrar hacia Miami, hasta con pasajes de ida gratis. En esto, el ejemplo cubano es muy elocuente, sin duda.

Por otra parte, en cuanto al tema del socialismo, sobre si fue o no rechazado en el referéndum, pienso que en adelante lo que importa más para nosotros no es hablar al respecto sino comenzar a echar sus bases económicas, para lo cual resulta indispensable el rápido desarrollo de la industria pesada, única vía para la formación de una clase obrera industrial lo suficientemente numerosa y concentrada. Debería entenderse que sin clase obrera no se puede implantar un sistema socialista auténtico, tal como lo han explicado los clásicos del socialismo científico.

En suma, del reciente referéndum puede decirse aquello de que “no hay mal que por bien no venga...” (Refranero Venezolano, de mi padre Antonio Carrera Sibila, Fondo Editorial “Carlos Aponte”, Caracas 1991, 206 págs.) Pero todo ello dependerá de un factor decisivo: la comprensión de haber sonado para todos los venezolanos la hora de las rectificaciones.



NdeR. Jerónimo Carrera es Presidente del Partido Comunista de Venezuela y uno de los pocos que dice verdades tanto en este partido como en la izquierda venezolana.

Amapuches con el enemigo

Por: Pedro Salima


Al contrario de lo que muchos militantes de este proceso han escrito, yo sí creo que debemos dar un paso hacia la reconciliación nacional, por supuesto sin entender ésta con que vamos a olvidarnos del 11 de abril de 2002 y ponemos en libertad a quienes están implicados en ese Golpe de Estado o en la plomazón contra el pueblo que hubo ese día y los subsiguientes. Nada de eso, debe ser una reconciliación positiva para la mayoría, y no para las minorías, porque lo contrario no es reconciliación sino entreguismo al mejor estilo de aquella comisión tripartita donde el pueblo no ganaba una. Por ejemplo, me parece primordial un pechugón casi jamoneico con la banca comercial; pues de verdad considero ridículo que el camarada Mario Silva nos diga en su programa que la vaina está bien porque los banqueros están ganando más reales que nunca. Así que para evitar que ese ejemplo de Mario siga ridiculizando al socialismo que pretendemos, es necesario este acuerdo. En este sentido hay que reconciliarse con la banca para que elimine de un solo tajo el cobro de todas las comisiones, tanto de las existentes como de las que están pensando. Esa reconciliación debe incluir que incremente en un cincuenta por ciento su personal de atención al público, para que la gente sea bien atendida y los reales de la banca se distribuyan entre un mayor número de personas. Y en pleno amapuche, a punto de jamón, les pedimos que bajen en un cincuenta por ciento las tasas de interés que ellos cobran. Lista esa reconciliación.Vamos a reconciliarnos con los productores, incluyendo allí los agrícolas, ganaderos, polleros y otros, amapuche que debe alcanzar a los distribuidores y comerciantes, pues todos sabemos (menos INDECU) el cuento de . Y acordamos arrancar de precios a nivel de Mercal. Listo. Y cada seis meses un ajuste de salarios, donde el incremento salarial en porcentaje sea el cincuenta por ciento por encima del porcentaje en que se incrementen los precios.Allí no hay rollo, nos reconciliamos. Y de paso eliminamos a Indecu, así el señor Ruth podrá cobrar sin hacer nada, pero al menos sin que nadie le eche en cara su inoperancia. Un tercer acto de reconciliación podría ser el de todos los trabajadores que ganen menos de tres salarios mínimos con los parlamentarios de la Asamblea Nacional, miembros del Tribunal Supremo y otros funcionarios de altos ingresos. Quincenalmente la diferencia entre el salario mínimo y los más altos ingresos percibidos por los funcionarios debe ser menos, hasta que esa diferencia sea simbólica. Será un acto de reconciliación ejemplerizante, pues prácticamente lo estamos haciendo entre nosotros. Eso nos permitirá incluir luego en el abrazo y jamoneo al sector privado para que de verdad arranquemos hacia una sociedad de iguales, y no nos caiga como una patada en las pelotas el discursito de Darío Vivas (con más de 20 años entre concejal y diputado) donde nos pide sacrificios y trabajar con las uñas. Con un acuerdo así, hasta le perdonamos a Cilia Flores la ratificación en su cargo de Clodosbaldo.Y así podemos seguir señalando ejemplos de reconciliación, los cuales si se cumplen nos va a evitar meternos otra vez en el lío de la reforma.