lunes, 10 de septiembre de 2007

UN PADRE NUESTRO LATINOAMERICANO

Padre nuestro que estás en los cielos con las golondrinas y los misiles
quiero que vuelvas antes de que olvides como se llega al sur de Río Grande
Padre nuestro que estás en el exilio casi nunca te acuerdas de los míos
de todos modos donde quiera que estés santificado sea tu nombre
no quienes santifican en tu nombre cerrando un ojo para no ver la uñas sucias de la miseria
en agosto de mil novecientos sesenta ya no sirve pedirte venga a nos el tu reino
porque tu reino también está aquí abajo metido en los rencores y en el miedo en las vacilaciones y en la mugre en la desilusión y en la modorra
en esta ansia de verte pese a todo cuando hablaste del rico la aguja y el camello y te votamos todos por unanimidad para la Gloria
también alzó su mano el indio silencioso que te respetaba pero se resistía a pensar hágase tu voluntad
sin embargo una vez cada tanto tu voluntad se mezcla con la mía la dominala enciendela duplica
más arduo es conocer cuál es mi voluntad cuándo creo de veras lo que digo creera sí en tu omnipresencia como en mi soledada sí en la tierra como en el cielo
siempre estaré más seguro de la tierra que piso que del cielo intratable que me ignora
pero quién sabe no voy a decidir que tu poder se haga o deshaga tu voluntad
igual se está haciendo en el viento en el Ande de nieve en el pájaro que fecunda a su pájara
en los cancilleres que murmuran yes sir en cada mano que se convierte en puño claro
no estoy seguro si me gusta el estilo que tu voluntad elige para hacerselo digo con irreverencia y gratitud
dos emblemas que pronto serán la misma cosalo digo sobre todo pensando en el pan nuestrode cada día y de cada pedacito de día ayer nos lo quitaste
dánosle hoyo al menos el derecho de darnos nuestro pan no sólo el que era símbolo de Algosino el de miga y cáscarael pan nuestro
ya que nos quedan pocas esperanzas y deudasperdónanos si puedes nuestras deudas pero no nos perdones la esperanza
no nos perdones nunca nuestros créditos a más tardar mañana
saldremos a cobrar a los fallutostangibles y sonrientes forajidosa los que tienen garras para el arpa y un panamericano temblor con que se enjuganla última escupida que cuelga de su rostro
poco importa que nuestros acreedores perdonen así como nosotros una ve zpor error
perdonamos a nuestros deudores todavía nos deben como un siglo de insomnios y garrote
como tres mil kilómetros de injurias como veinte medallas a Somoza como una sola Guatemala muerta
no nos dejes caer en la tentaciónde olvidar o vender este pasado o arrendar una sola hectárea de su olvido ahora que es la hora de saber quiénes somos y han de cruzar el río el dólar y el amor contrarrembolso arráncanos del alma el último mendigo y líbranos de todo mal de conciencia
amén.

Mario Benedetti

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