domingo, 23 de septiembre de 2007

Otro futbolista progresista: Thuram


por: Ayelén Pujol


Un futbolista francés que es un ejemplo de vida. Pasó una infancia complicada y aprovecha el fútbol para crear conciencia en el mundo. Su lucha contra la marginación y el encuentro con Manu Chao. Una historia increíble

Antes de robar pelotas y erigirse como uno de los grandes defensores del fútbol mundial, el francés Lilian Thuram tuvo una infancia de sufrimientos, carencias y hechos de discriminación racial.En ese entorno, en los suburbios de París, pateó una pelota, se hizo futbolista y se transformó en figura de la selección de su país. Y se hizo cargo de su popularidad, de la importancia de su figura, para comprometerse y hacerse voz de los más necesitados.Además de ser futbolista del Barcelona, Thuram es hoy una persona sensible a las cuestiones sociales. Miembro del Alto Consejo para la Integración es uno de los principales críticos de Nicolas Sarkozy, el presidente francés, a quien alguna vez definió como "racista, colonialista, capaz de utilizar palabras de superioridad ante el hombre negro".

Thuram, que en sus comienzos fue delantero, nació el primer día del año 1972. Conoce los barrios periféricos de su país porque vivió allí tras haber dejado su Guadalupe natal para reunirse con su madre, que educaba sola a sus cinco hijos. Ahí conoció la pobreza.Tenía nueve años cuando fue a vivir a Bois Colombes y luego a Avon, en las afueras de París. Allí encontró todo tipo de gente que venía de diferentes horizontes: Pakistán, Zaire, Portugal, España, Marruecos, Argelia...

Por eso, en el año 2005, cuando en el país estalló una crisis social y Sarkozy, por ese entonces Ministro del Interior, criticó a la gente de los suburbios, el defensor alzó la voz: "A mí también me decían gentuza. Pero yo no soy la chusma. Lo que yo quería era trabajar", sentenció.Cuando el político Jean-Marie Le Pen se alteró durante la Copa del Mundo 2006 por el número excesivo, a su juicio, de jugadores negros en la selección francesa, Thuram dio la mejor respuesta: “Personalmente, no soy negro: soy francés”.Lilian, que ocupa el cuarto lugar en la lista de deportistas preferidos de los franceses según las encuestas, inició su carrera en el Mónaco, donde jugó desde 1990 a 1996. Con el equipo del Principado fue campeón de la Liga 96 y dos veces campeón de la Copa de Francia, en 1994 y 1996.Después se fue a Europa y asumió más compromisos. Promulga la lucha contra la drepanocitosis, una enfermedad genética grave, y contra el racismo."Tutu", como lo llaman, es un apasionado de la historia y está convencido de que todo pasa por la educación. En una nota brindada a la página de la FIFA no habló de fútbol, sino de la drepanocitosis."Es una enfermedad genética muy extendida, especialmente en África. Se traduce en una mala circulación de los glóbulos rojos. Los síntomas son dolores recurrentes y una degradación del tejido óseo que afecta particularmente a las articulaciones. El tratamiento consiste en operaciones o transfusiones, pero en África los medios escasean. Como resultado, la esperanza de vida de los niños afectados es muy limitada allí. Es una enfermedad que se puede tratar pero no curar", explicó.

Una vez concluida su etapa en el Mónaco Thuram pasó al Parma de Italia, con el que ganó la Copa de ese país en 1996.De ahí partió hacia la Juventus, el equipo de Turín. Allí gritó campeón cuatro veces en al Serie A (en las temporadas 2001/02, 2002/03, 2004/05 y 2005/06) y también dio la vuelta olímpica después de consagrarse en la Supercopa italiana 2002.El compañero de luchaCon otra figura de Francia, el cantante Manu Chao, ex líder de Mano Negra, comparte el apoyo a los indocumentados. Este viernes el futbolista tuvo un encuentro con el músico. "La política es una filosofía de vida para saber en qué dirección se avanza. El planeta se está destruyendo. El verdadero problema es si hay mucha gente que no se interesa. En democracia, cada uno debe participar, más allá del voto", dijo el actual defensor del Barcelona y Manu coincidió.El jugador causó sensación cuando invitó a varios ciudadanos sin papeles que se habían refugiado en un instituto de la periferia parisina a asistir a un partido de fútbol con entradas facilitadas por él mismo."Cuando el Muro de Berlín cayó, todo el mundo habló del gran triunfo de la democracia. Y ahora los muros son cada vez más herméticos. Aquí, si se deportan a todos los clandestinos que trabajan en el campo, la agricultura se hunde. Dándoles papeles, se pueden organizar, con un sindicato", amplió.Ya con la camiseta del Barcelona, equipo que comparte con los argentinos Lionel Messi y Gabriel Milito, Thuram protagonizó una gira como embajador de la ONU ante la juventud en África occidental.En un momento del viaje, se enojó con el chofer del auto, que tocaba bocina para apartar a los peatones. "La ONU no es el rey del país. Hay que saber comportarse y no dar una impresión de soberbia", le dijo.Thuram y la esclavitudLa relación del francés con la política sigue.

El defensor, campeón del mundo con la selección de su país en el Mundial de 1998, apoyó a la candidata socialista Segolene Royal en la campaña de las elecciones de 2007.Los ancestros de "Tutu" eran esclavos y quizá ahí radica el impulso en su pelea por la justicia. "Miren en Estados Unidos, donde se aplica la discriminación positiva. Colin Powell (exsecretario de Estado) o el actor Denzel Washington están delante. Pero la situación de los negros es una catástrofe", criticó alguna vez.Por eso, le presentó a Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, un proyecto de fundación contra el racismo para no sólo denunciar estos actos, sino explicarlos y educar a la gente."La educación dará fruto a largo plazo, estoy convencido de ello. No podemos limitarnos a decir que ser racista está mal, hay que ir más lejos. Es una plaga que no es innata. La hemos creado nosotros al hacer distinciones de raza, cuando lo que hay es una única especie humana. El trabajo de educación es fundamental, y de ahí la idea de esta fundación", expresó.


Thuram es el jugador con más presencias en la selección francesa: con esa camiseta jugó 128 partidos y marcó dos goles desde su debut, el 17 de agosto de 1994, ante República Checa.Su compromiso, sin embargo, no aparece como una forma de continuar su vida el día que decida colgar los botines: "El compromiso es importante para mí y no está ligado al final de mi carrera. Es algo que yo siempre he sentido. Es verdad que, si después del fútbol puedo contribuir al avance de una causa, lo haré, naturalmente. Ser jugador de fútbol me da una notoriedad considerable que quiero aprovechar. Deseo sensibilizar a la sociedad acerca de un cierto número de problemas y hacerla avanzar de manera positiva".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Che desde Argentina saludos, votaste en nuestras encuestas?, sino te invitamos a www.laposta2007.blogspot.com
y conoce la carta de k Fulop a Hugo Chavez.

Viva el Socialismo del siglo XX y XXI