lunes, 20 de agosto de 2007

Los falsos revoluicionarios

Es triste y lamentable mirar a compañeros que se dicen y mantienen el mérito de llamarse camaradas (bolcheviques) practicantes de la convicción ideológica del marxismo-leninismo, combatientes de la inmoralidad revolucionaria y de la miseria humana, quienes se pertrechan del altruismo militante desgarrándose las pieles contra los males y los vicios de la burocracia, la corrupción y la ineptitud del Estado que luchamos por su fin, cuando su discurso pasa de la demagogia a el vil engaño detestable que muy bien llegaría a ser admirable por la actitud natural que muestran las aves de rapiña cuando asolapan su vuelo tendencioso en búsqueda de su carroña, con perdón a estas aves que no merecen ser comparadas con tales seres humanos despreciables; pues son estos unos enmascarados de la clase burguesa cuales han tratado de manchar la firmeza de la historia que se ha escrito con sangre y vida por la defensa de los intereses de la clase obrera.

Son los mismos que pasan por esta institución de los revolucionarios en oportunidad de curtirse de lo mejor de nuestros legados, de nuestros maestros, de la grandeza que significa la teoría en combinación de la practica y las luces que forjan la moral y la ética revolucionaria comunista queriendo llegar a obtener el titulo de revolucionario haciendo triquiñuelas, engañando sin importar el costo de su traición a los principios que prometieron asumir hasta el final en un compromiso con las ideas, las batallas y la revolución.

Son estos cazadores de oficio a quienes podemos definirlos como los perturbadores de los procesos revolucionarios, son estos unos encapotados y buenos aprovechadores de la formación ideológica revolucionaria, las y los personajes que en virtud de esas grandes cualidades obtenidas gracias a la Escuela revolucionaria junto a sus formidables características personales expresadas en (charlerismo, manipulación, insinuación, persuasión, actuación, etc.) cuales llegan casi a cubrir exitosamente un interior falso, enmascarado en el romanticismo izquierdista, el aventurerismo descubridor y poseedor de la verdad y la realidad absoluta.

Son las y los mismos que desde siempre han pretendido ir a pescar en ríos revueltos, ocasionados por las turbulentas corrientes viciadas por la inconsecuencia y el anacronismo revolucionario, maniatados por su ego, ocupados en encontrar algún puesto burocrático que llene sus expectativas y genere dividendos para aumentar las cuentas de sus bolsillos y caprichos.

Son quienes defienden los mismos intereses personalistas disfrazados entre sus trajes diseñados bajo la figura de la percepción de poder a conquistar por encima del obstáculo que sea, utilizando los mecanismos y las tácticas más despiadadas que pueda accionar cualquier guerra sucia como lo es la infiltración y el divisionismo.

Los falsos revolucionarios son individuos que se reconocen en la política reaccionaria de la derecha, inician sus pasos creyendo reconstruir la organización activista revolucionaria en función de imponer sus meritos y sus propios intereses, perdiéndose de esa manera en el lodazal mercenario de los especuladores de la izquierda revolucionaria y de sus objetivos a alcanzar por la transformación definitiva de la sociedad y la humanidad.

¡Los auténticos revolucionarios tenemos el compromiso de nunca traicionar a nuestro compromiso militante!


¡La línea justa es: luchar hasta vencer!

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buena la nota...

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viva la FJC!