domingo, 6 de enero de 2008

Hora de rectificaciones

Por: Jerónimo Carrera

Cuatro semanas completas han transcurrido luego del referéndum de este pasado día 2 de diciembre, relativo a una propuesta de reforma constitucional que de modo intempestivo, a mi juicio, lanzó al debate el presidente Hugo Chávez, y cuyo confuso resultado ha dado lugar para otro debate de características todavía mucho más amplias y profundas.

Para empezar, ese resultado está siendo discutido con ardor incluso por quienes no le vieron importancia al debate inicial, como también por muchos de los siete millones de electores registrados que ese día no se molestaron en ir a votar, o sea la gran mayoría del electorado.

De todos modos, opino yo, los dos bandos minoritarios deberían ya enfrentar esta singular verdad: no hubo ganadores ciertamente, pues ambos sufrieron un fuerte rechazo de parte de una evidente mayoría de los posibles votantes. Lo cual significa, por lógica elemental, que ahora el país espera de esos dos sectores un proceso de autocrítica, y no de manera formal sino para corregir sus respectivas metidas de pata.

Seguramente esto ha de ser mucho pedir en cuanto a determinados sectores de la llamada oposición, aquellos que hace medio siglo le torcieron el rumbo a la insurrección popular del 23 de enero de 1958 y disfrazados de demócratas continuaron la misma política de sumisión total ante el imperialismo yanqui, iniciada ya desde comienzos del siglo pasado -al despuntar mismo de la era petrolera- con un alocado Cipriano Castro, el primer guachimán.

Pero tengo el optimismo de creer que sí hay aquí un sector opositor muy valioso, integrado por gente en su mayoría joven, no contaminada por ese bochornoso pasado adeco-copeyano. Su cara más visible últimamente son los estudiantes, que por tradición en países como el nuestro asumen actitudes antigubernamentales abiertamente, y junto a ellos, o tras de ellos mejor dicho, y con rasgos oportunistas, una buena parte de nuestro mundo intelectual, incluyendo elementos de izquierda.

Es un simplismo pensar que los venezolanos estamos hoy irremediablemente divididos en dos únicos campos. Algunos intencionadamente, y por motivos hasta contrapuestos, han pretendido que tal división sea entre los chavistas y los antichavistas, igual como se hizo en Argentina con los peronistas y los antiperonistas. Tal cosa se hizo en Venezuela, lo recuerdo de mi niñez, cuando bajo el tirano guachimán Juan Vicente Gómez se nos quiso dividir entre “los buenos y los malos hijos de la patria”....

Lo que realmente necesitamos es una amplia unidad nacional, con el objetivo básico de poder enfrentarnos exitosamente al verdadero enemigo que tenemos todos los venezolanos, ese que está en Washington.

No estamos planteando una política de “reconciliación”, ni nada que se le pueda parecer. De lo que se trata es de reducir al mínimo posible esa quinta columna que actúa acá al servicio de Washington, y luego sí la podremos hacer emigrar hacia Miami, hasta con pasajes de ida gratis. En esto, el ejemplo cubano es muy elocuente, sin duda.

Por otra parte, en cuanto al tema del socialismo, sobre si fue o no rechazado en el referéndum, pienso que en adelante lo que importa más para nosotros no es hablar al respecto sino comenzar a echar sus bases económicas, para lo cual resulta indispensable el rápido desarrollo de la industria pesada, única vía para la formación de una clase obrera industrial lo suficientemente numerosa y concentrada. Debería entenderse que sin clase obrera no se puede implantar un sistema socialista auténtico, tal como lo han explicado los clásicos del socialismo científico.

En suma, del reciente referéndum puede decirse aquello de que “no hay mal que por bien no venga...” (Refranero Venezolano, de mi padre Antonio Carrera Sibila, Fondo Editorial “Carlos Aponte”, Caracas 1991, 206 págs.) Pero todo ello dependerá de un factor decisivo: la comprensión de haber sonado para todos los venezolanos la hora de las rectificaciones.



NdeR. Jerónimo Carrera es Presidente del Partido Comunista de Venezuela y uno de los pocos que dice verdades tanto en este partido como en la izquierda venezolana.

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